|
Los riñones son una compleja maquinaria de reprocesamiento que se parecen a verdaderas computadoras. Nuestro volumen de sangre es de 5 litros. A diario, purifican unos 190 litros de sangre para filtrar 1.9 litros de desechos y el exceso de agua. Si los riñones no cumplen con su trabajo; estos se acumulan en la sangre y dañan el cuerpo. Por ejemplo, el riñón es el encargado de eliminar la urea que se forma en el hígado como producto de desecho de las proteínas y la creatina que es un producto de desecho del metabolismo muscular. No son tóxicas y aumentan en sangre cuando hay insuficiencia renal. El ácido úrico, por su parte, es un producto de desecho del metabolismo de los genes y también se elimina por éste órgano. Es tóxico y aumenta en sangre con o sin insuficiencia renal. Puede producir gota, daño renal y se asocia a problemas de presión".Además de eliminar los desechos, los riñones liberan, entre otras, tres hormonas importantes: la eritropoyetina, que estimula la producción de glóbulos rojos en la médula ósea (huesos); renina, que regula la presión arterial y calcitriol, la forma activa de la vitamina D, que ayuda a mantener el calcio de los huesos y el equilibrio químico normal en el organismo de calcio y fósforo. A esto hay que sumarle que intervienen en la regulación de la acidez del organismo (las bases de la vida).
Casi todas las enfermedades que dañan los riñones atacan a las nefronas les hacen perder su capacidad de filtración. Y puede suceder de dos formas: rápidamente, como resultado de lesiones o intoxicaciones por medicamentos (insuficiencia renal aguda) o más frecuentemente en forma lenta, sin causar síntomas obvios. Solamente cuando pasen algunos años o incluso décadas empezará a manifestarse el daño (insuficiencia renal crónica). La mayoría de las enfermedades renales atacan a ambos riñones al mismo tiempo. Con la edad, especialmente después de los 65 años, hay mayor posibilidad de disminución de la capacidad de filtrado de los riñones; también se sabe que existe una predisposición genética, por la cual las personas cuyos padres, abuelos, tíos o hermanos sufrieron insuficiencia renal, tienen un mayor grado de riesgo de padecerla a su vez.
Estos son los factores no modificables que incrementan el riesgo de enfermedad renal, pero hay otros que sí lo son. Las dos causas de enfermedad renal más comunes son la diabetes y la presión arterial alta (hipertensión); " ambas muchas veces prevenibles". Otras causas son las glomérulo nefritis, los quistes renales, los venenos, algunos medicamentos y los traumatismos. "En los niños en Argentina: el Síndrome Urémico Hemolítico; por lo que hay que tener especial cuidado con la mala cocción de los alimentos".
Primero el control clínico, que consiste sencillamente en ver al médico. "La visita debe incluir, entre otras cosas, el control de peso y presión arterial. Se deben solicitar algunas determinaciones en sangre: creatinina es la que mejor evalúa la presión arterial (y en general no se pide); y otras que se alteran cuando la función renal se modifica: hemograma, albúmina, ionograma (sodio y potasio), calcio, fósforo, etc. Además, un análisis de orina completa debe estar en todo chequeo. La microalbuminuria es la búsqueda fina para ver la existencia de una proteína (albúmina) en la orina. Es un test muy útil para evaluar daño precoz renal producido en general por problemas de presión arterial o sobrepeso. Si aparecen proteínas en orina, mala señal". Por otro lado, "la ecografía renal y vésico-prostática se pide al menos una vez. Si hay daño renal, se pide más frecuentemente de acuerdo al caso. La ecografía sirve para ver cómo está el tamaño y la forma de los riñones y el estado de la vejiga y la próstata.
El control de peso es fundamental. ya que la obesidad es un factor de riesgo; como así también, el control de la presión. L a elevación de la presión arterial puede afectar el proceso de filtrado glomerular. Y no sólo daña los tejidos renales sino que también al corazón, a tal punto que hoy la enfermedad renal se vuelve, para quien la padece, el principal factor de riesgo cardiovascular. En consecuencia; se aconseja una dieta hiposódica con adecuada ingesta de líquidos: consumir frutas, verduras y lácteos descremados. La actividad física regular (aeróbico, 30 minutos diarios al menos 5 días en la semana). Evitar el tabaco. Evitar la ingesta excesiva de alcohol (20-30 g/día de alcohol, lo que equivale a 1 vaso de vino de 148 ml, baja la presión entre 2 y 4 mmHg); evitar el consumo innecesario de antiinflamatorios. "Esto es fundamental: Ibuprofeno, diclofenac, naproxeno, etc. Muchos de ellos son de venta libre". Es importante estar alerta a los ronquidos y tener, por último, una correcta higiene genital para evitar las infecciones urinarias.
Diagnóstico
Una de las principales dificultades que presentan las enfermedades renales, es que carecen de síntomas específicos, por lo tanto la mayoría de los pacientes llegan por un control de rutina y quedan totalmente sorprendidos ante el diagnóstico. Recién al final de la insuficiencia renal, el paciente puede sentirse mal, perder peso, sentir náuseas , vómitos y decaimiento. Un diagnóstico precoz permitiría al paciente llevar una mejor calidad de vida.
Contáctate
Tratamiento
Una de las decisiones más importantes es la de seleccionar
el tratamiento para la enfermedad renal. El conocer todas
las opciones le da a usted la oportunidad de sentirse en
mayor control y le ayuda a escoger el tratamiento más
apropiado para usted y su familia. Debe usted evaluar sus
opciones cuidadosamente y analizar su estilo de vida actual
al seleccionar el tratamiento más apropiado para usted. Cuando el riñón no funciona, se necesita tratamiento para
filtrar los desechos y el fluido adicional acumulado en el
sistema sanguíneo. El tratamiento de diálisis limpia la sangre
mediante el uso de una solución de diálisis. Hay dos tipos
diferentes de diálisis para llevar esto a cabo: la hemodiálisis y la diálisis peritoneal.
Mediante la hemodiálisis la sangre se limpia utilizando un
filtro especial llamado dializador. Dentro del dializador hay
miles de fibras huecas, de tipo pajita, que han sido
perforadas con miles de pequeñísimos agujeros.
Durante el tratamiento de hemodiálisis, la sangre se mueve
a través del interior de las fibras del dializador (pajitas) y el
dializado (la solución de diálisis) fluye alrededor del exterior
de estas pajitas. Los desechos y el agua sobrante pasan por
los pequeñísimos orificios de las pajitas y penetran el
dializado y luego son desechados. Las células sanguíneas y
las proteínas se vuelven a incorporar dentro del cuerpo.
Por lo general el tratamiento de hemodiálisis se lleva a cabo
tres veces a la semana en la unidad de diálisis y toma entre
tres y cuatro horas por tratamiento. Cuanto más largo sea el
tratamiento de hemodiálisis, mayor será la cantidad de
desecho eliminada y mejor se sentirá el paciente. El médico
se encarga de prescribir el tiempo de tratamiento de
hemodiálisis que el paciente necesita.
Hemodiálisis en el hogar
El tratamiento de hemodiálisis se puede - llevar a cabo en el
hogar. Algunos centros de diálisis ofrecen entrenamiento para el
tratamiento de hemodiálisis en el hogar. Aquellas personas
que hacen hemodiálisis en el hogar necesitan de una
persona que les ayude con los tratamientos. La persona que
ayuda también recibe entrenamiento. Se requiere colocar
plomería especial, instalación eléctrica y agua en el hogar
para los tratamientos. También se necesita espacio para
guardar los suministros.
Los tratamientos de hemodiálisis en el hogar por lo general
se llevan a cabo tres veces por semana durante períodos de
tres a cuatro horas por tratamiento. El paciente que hace el
tratamiento de hemodiálisis en el hogar disfruta de la
libertad de escoger su propio horario y de estar en control
de sus tratamientos.
Diálisis peritoneal
La diálisis peritoneal utiliza la llamada membrana peritoneal
del cuerpo como filtro para limpiar la sangre. El tratamiento
no tiene que utilizar una máquina. La membrana peritoneal
cubre la cavidad abdominal (peritoneo) y sirve para sostener
los órganos internos. Durante el tratamiento de diálisis
peritoneal, se llena la cavidad abdominal con un fluido
especial para diálisis llamado dializado. Los desechos y el
fluido adicional de la sangre entran lentamente en el
dializado contenido en la membrana abdominal. Después de unas pocas horas el dializado se drena de la cavidad abdominal y se reemplaza con dializado fresco.
Un tubo de plástico suave llamado catéter se inserta
quirúrgicamente en el abdomen un poco más abajo del
ombligo. El dializado penetra en la cavidad abdominal a
través del catéter. El catéter permanece en el cuerpo de
manera permanente y puede verse desde el exterior. Se
cubre cuando no está siendo utilizado.
Transplante
Un transplante de riñón ocurre cuando el riñón de otra
persona se coloca mediante cirugía en la parte inferior del
abdomen del paciente que sufre de falla renal. Requiere
alta cirugía. El riñón debe ser exactamente compatible con el
tipo de sangre y tejido del paciente que lo ha de recibir. Si
no es compatible el cuerpo rechazará el riñón y el paciente
se enfermará. La compatibilidad de sangre y tejidos se
determina mediante exámenes de sangre. El paciente y el
donante deben discutir con el cirujano encargado del
transplante y la trabajadora social los detalles del
transplante. Con el fin de ayudar a evitar un rechazo, la
persona que recibe el transplante tendrá que tomar
medicina diariamente. Si la medicina no se toma de acuerdo
con lo prescrito, habrá rechazo del riñón. El rechazo puede
presentarse en cualquier momento aún muchos años
después de efectuado el transplante.
Existen tres tipos de transplantes de riñón:
1. El proveniente de un pariente vivo
2. El proveniente de un pariente que ha muerto
3. El proveniente de un donante muerto
|